Tabla de contenido
¿Cómo funcionan conductos aire acondicionado?
El funcionamiento es simple, la unidad interior se conecta a una red de conductos de impulsión de aire y (no siempre) a otra red de conductos de retorno de aire. El equipo no hace más que tomar el aire de la estancia por el conducto de retorno, enfriarlo/calentarlo e impulsarlo de nuevo por el conducto de impulsión.
¿Cómo calcular los conductos de aire acondicionado?
La fórmula es tan sencilla que puedes hacerla tú mismo. Así que lo primero que debes hacer es multiplicar el largo x ancho x alto x 50 lo que dará el total de frigorías que necesita el espacio donde quieres instalar el aire acondicionado.
¿Cuántas frigorías necesito por conductos?
En la práctica común, se utiliza como base del cálculo de frigorías unas 100 frigorías por metro cuadrado. Es decir, un recinto de 40 m2 necesitaría un aparato de 4.000 frigorías. Para un espacio de 50 metros cuadrados, necesitaremos un sistema de 5.000 frigorías y así sucesivamente.
¿Qué son los conductos de aire?
Conductos de aire. Qué son y cómo funcionan Los conductos de aire son los elementos de una instalación de acondicionamiento de aire o climatización, mediante los cuales repartimos el aire tratado entre el aparato acondicionador y los espacios acondicionados.
¿Por qué instalar un aire acondicionado por conductos?
Al tener que instalar únicamente un aire acondicionado por conductos reducirás la molestia de la instalación y el coste, también conseguirás que no se vea el aire acondicionado ya que queda oculto.
¿Por qué los aires por conductos son más ruidosos que otros tipos de aire?
Los aires por conductos son menos ruidosos que, por ejemplo, los aires de tipo Split, lo cual hace menos molesto su funcionamiento. Estéticamente pasa mucho más desapercibido que otros tipos de aire ya que suele ir dentro de un falso techo lo cual hace que no quede visible.
¿Por qué es importante limpiar y desinfectar los conductos de aire?
Limpiar y desinfectar los conductos de aire es básico para que el aire y el ambiente se mantengan sanos y limpios. También para evitar el síndrome del edificio enfermo, que puede causar a sus habitantes no sólo malestar, sino también enfermedades respiratorias.